lunes, 7 de noviembre de 2011

Liderazgo de la mujer

Mujer trabajadora

     La historia revela la capacidad de liderazgo de la mujer
     Las cualidades de la mujer la constituyen en una gran líder

Desafíos de la mujer

     Los desafíos para la mujer trabajadora, en la actualidad, son realmente “interesantes”. Los tiempos han cambiado, y de a poco también cambian las realidades de la historia en torno a la mujer en el empleo. Hoy, muchas mujeres son las que son ejecutivas, lideran, ocupan puestos claves y con importantes responsabilidades. Y todo esto son grandes retos para las mujeres, ya que un pasado y presente, un tanto machista, no colabora mucho.
     La historia puso a la mujer en un rol de madre, esposa y ama de casa. Pero nosotras mismas fuimos cambiando esa concepción, haciéndonos cargo cada vez de más cosas, demostrando nuestras capacidades y dejando a un costado la “concepción” que nos querían imponer.
Como dijimos en otro post, la lucha por igualdades continúa, pero los cambios se van observando, más en el campo de la conciliación familiar y laboral. Pero es esta misma lucha, y los cambios que la mujer tuvo y tiene que afrontar, las que elevan el papel de la mujer en el empleo. La figura de la mujer es enriquecida, justamente, por todo lo que enfrenta, y por cómo sale de las diferentes situaciones. Combinar ser mujer, madre, trabajadora es un gran desafío.
     Los logros conseguidos demuestran la capacidad de la mujer para hacer frente a los obstáculos. Su adaptación a diferentes aspectos, su forma de organización, sus valores, y demás habilidades que la mujer tiene, ya son reconocidos por muchos, poniéndolas en cargos realmente importantes.
     Diferentes estudios demuestran que el liderazgo femenino es un medio de transformación hacia su personal. La mujer aplica sus habilidades por las relaciones interpersonales y motivacionales para transformar el interés individualista por un interés colectivo guiado hacia la empresa como totalidad.
     Las empresas, más en las situaciones de crisis, necesitan mucho de esto. Lo que la mujer puede aportarles liderando, es mucho y no deja margen a su omisión. El manejo de conflictos, la complementariedad, los cuidados, las formas, las claras visiones de horizontalidad y más cualidades, son aspectos que se fortalecen en el liderazgo de mujeres. Y todo ello, se debe a cómo fue y es la esencia e historia de la mujer. También su condición a madre desarrolla muchas virtudes que las vuelca, indefectiblemente, en los diversos planos.

Liderazgo femenino

     Las organizaciones deben de ir feminizando sus modelos estructurales. Nuevos paradigmas empresariales son los que deben arribar, modificando las empresas tanto social, cultural como económicamente. Hasta que no llegue este momento, de feminización empresarial, muchas mujeres son las que dirán que no a los cargos claves, porque debe actuar como hombres, relegando otros aspectos. Las empresas deben entender las conciliaciones de la mujer en el trabajo con todos los otros aspectos de la vida. De lo contrario, el precio que paga una mujer ejecutiva, líder, es muy alto.
     Para quienes estén interesados, existe un libro, “La mujer Líder”, de Marta Romo, donde se hace mención a lo dicho en este post. La autora afirma que el modelo masculino ha fracasado y el cambio pasa por desarrollar lo que ella define como “talento femenino”, que tanto hombres como mujeres llevamos dentro. Y este “talento femenino”, no es otra cosa que un conjunto de cualidades que una mujer desarrolla más fácilmente que un hombre; como la capacidad de trabajo, flexibilidad y mayor intuición en la toma de decisiones. Por otro lado, hace mención que la cualidad más importante que debe tener un buen líder empresarial, hoy en día, es la inteligencia emocional. Y las mujeres, por el hecho de ser madres, pueden desenvolver mejor esta “inteligencia emocional” para descifrar códigos emocionales de otras personas.
     De este modo, el nuevo liderazgo empresarial pasa por enaltecer cualidades que la mujer posee y debe potenciar: escucha, empatía, capacidad de trabajo, humanismo, optimismo y superación.


conferencia sobre la igualdad de la mujer en el trabajo


mujer multifacética




desvalorización del trabajo de la mujer









discrimimacion de la mujer en el trabajo


SITUACIÓN DE LAS MUJERES EN EL MERCADO DE TRABAJO

Mujer, Trabajo y Empleo

SITUACIÓN DE LAS MUJERES EN EL MERCADO DE TRABAJO.

En la Argentina, en las últimas décadas se han producido profundas transformaciones estructurales derivadas de un proceso de internacionalización de las relaciones sociales y económicas. Se observa un fuerte proceso de expansión de la fuerza de trabajo femenina, la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo ha aumentado considerablemente en las últimas décadas; y su presencia tiende a ser cada vez más permanente, ya sea decisión personal o como resultado de presiones económicas.
A pesar de que el aumento de la participación femenina en el mercado laboral, ha ido acompañado de un incremento en su nivel de escolaridad, la inserción en el mercado de trabajo no se produce en un marco de igualdad de condiciones con los varones, ya que las mujeres se insertan con ciertas desventajas que dificultan su acceso y permanencia.
Debido a pautas culturales que asignan roles femeninos y masculinos en la sociedad, las mujeres que trabajan o desean trabajar viven una situación de doble responsabilidad -hogar/trabajo- que les provoca una serie de conflictos, para su desarrollo personal y profesional.
Esto implica realizar esfuerzos de compatibilización de las tareas domésticas con las laborales que inciden negativamente en su disponibilidad para el trabajo o para la formación profesional. Por otro lado, desde la demanda, los empleadores despliegan una serie de prejuicios con relación al trabajo femenino, que obstaculizan el acceso de las mujeres a los empleos.

Esta situación de desventaja de la mujer frente al varón se constata analizando algunas características del mercado de trabajo femenino:

Un mercado laboral muy segmentado horizontalmente, concentración de las mujeres en un conjunto reducido de ocupaciones que se definen como típicamente femeninas en términos culturales. Las mujeres trabajan, fundamentalmente como maestras y profesoras, enfermeras, secretarias, dactilógrafas, empleadas de oficina y vendedoras de comercio, peluqueras y afines.
Las mujeres se encuentran sobre-representadas en actividades vinculadas al sector servicio de baja calificación laboral, donde el servicio doméstico ocupa un lugar preponderante, ya que sobre el total de la ocupación femenina el sector representa el 18%.
Al mismo tiempo se observa un mercado laboral muy segmentado verticalmente. Concentración de las mujeres en los puestos de menor jerarquía de cada ocupación, lo cual implica puestos de trabajo peor remunerados y más inestables. Esta situación se manifiesta sobre todo en el sector privado.
Brecha salarial entre varones y mujeres. El ingreso percibido por las mujeres durante su vida activa, es inferior al de los hombres, en promedio, alrededor de un 30 % menos. Esto se explica porque las mujeres están concentradas en los grupos de ingresos bajos y medios mientras que los varones se concentran principalmente en los grupos de ingresos medios y altos.
En base a lo expuesto anteriormente, se puede decir que los problemas que enfrentan las mujeres en cuanto al mercado laboral están cada vez menos referidos a la educación formal; responden a la segmentación sexual del trabajo, a la falta de capacitación profesional acorde con los nuevos paradigmas de producción; y a la permanencia de patrones culturales que siguen considerando el trabajo femenino como complementario del masculino.